Thursday, June 13, 2013

Al menos una persona como promedio desaparece cada día

Desde hace un año Hevert Clavijo y Marcela Martínez viven angustiados sin saber dónde y cómo está su hija Zarlet (18), extraviada el 4 de junio de 2012 en La Paz.

La desaparición de la joven movilizó a varios grupos de élite de la Policía, pero ninguno logró dar con ella.

El caso de Zarlet se convirtió en la desaparición más mediática de una persona en el país, pero el tormento que viven sus padres, sin saber cómo está su hija, se repite en otras familias bolivianas que no encuentran respuesta a la extraña desaparición de sus seres queridos.

Cada día, las oficinas de la División de Trata y Tráfico de Personas y la División Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, (FELCC) reciben al menos una denuncia de persona desaparecida.

En lo que va del año, la División de Trata y Tráfico de Personas ha registrado 229 desapariciones de menores de edad y la División Homicidios de 148 mayores de edad, lo que suma un total de 377 desaparecidos.

En todo el país, la gestión pasada la Policía Nacional informó de 1.298 casos de personas extraviadas, durante los cinco primeros meses, de los cuales solamente 26 pertenecían a Cochabamba.

El jefe de la División de Trata y Tráfico de Personas, capitán Marcelo Becerra, indica que del 100 por ciento de personas desaparecidas el 90 por ciento aparece.

La mayor parte de las desapariciones se debe a problemas de los adolescentes con sus padres por bajas calificaciones, relaciones amorosas no permitidas, diferencias con algún miembro de la familia e incluso abuso sexual del cual huyen.

En casos de desapariciones de mayores de edad, los porcentajes son los mismos y solamente un 10 por ciento no logra reencontrarse con su familia, aunque las causas varían y, en algunos casos, se deben a enfermedades que sufren o a decisiones propias por problemas familiares.
LA BÚSQUEDA

Detrás de las estadísticas existen historias de dolor de las familias que pierden a algún miembro.

En su desesperación por encontrar a la persona desaparecida, los padres o hermanos acuden primero a sus vínculos más cercanos como los amigos, la pareja u otros familiares.

La última instancia es la Policía, y lo hacen cuando en realidad temen que algo grave le haya sucedido a su ser querido.

Según Becerra, las denuncias no siempre llegan de manera inmediata a la División de Trata y Tráfico de Personas. Algunos afectados hacen conocer la situación de los menores muchos días después de su extravío y los más preocupados lo hacen después de 24 o 48 horas de la desaparición.

Sin embargo, Becerra aclara que todos los casos ingresan como denuncias después de las 72 horas de no tener datos de la persona que se busca.

Luego de procesar la denuncia, la Policía acude al domicilio del menor y a su colegio para entablar conversaciones con los amigos.

“Los padres a veces no se dan cuenta de que sus hijos estaban en una situación complicada, pero sí los amigos, y a algunos les comentan que quieren viajar. En algunos casos los vecinos también proporcionan datos y nosotros hacemos entrevistas para tratar de establecer las causas”, comenta.

Indica que por lo general antes de los 20 días ya se tiene algún dato de dónde está el menor y a qué se está dedicando.

Uno de los problemas que advierte la Policía es que no todos los casos que se resuelven de manera interna en las familias son reportados posteriormente a la División de Trata y Tráfico de Personas o a la División Homicidios.

Ambas instancias policiales no tienen los recursos económicos para hacer el seguimiento a detalle de los casos y llamar por teléfono a los familiares de los desaparecidos.

En la mayoría de las investigaciones los números de teléfono que se dejan en la Policía son celulares, y esta instancia no tiene acceso a este tipo de llamadas, por lo que solamente reportan como resueltos los casos en los que los padres comunican a la institución pública que la persona ya apareció.
VALORACIÓN FORENSE

Cuando los menores aparecen, la División de Trata y Tráfico de Personas pide un examen médico forense, para ver si la causa de la desaparición pudo deberse a que el o la menor huyó de su hogar por ser víctima del delito de violación.

Becerra señala que algunos padres son reticentes ante las investigaciones y eso hace sospechar que detrás de la desaparición de la menor podría haber otro delito, motivo por el cual ahora se pide un examen médico forense cuando esta persona es hallada.
SÓLO DENUNCIA

En los casos de personas mayores de edad el jefe de la División Homicidios, Grevy Montaño, indica que la desaparición no se constituye en un delito y solamente se reciben denuncias para ayudar a los familiares a buscar a sus seres queridos.

La labor de esta unidad es comunicar a los familiares cuando existe el cuerpo de alguna persona que tenga parentesco o datos que coincidan con algún desaparecido.

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