Monday, April 21, 2014

Ingreso rápido, un modo para lucrar en el penal de Palmasola

Son las nueve de la mañana. Celeste, una muchacha delgada y de baja estatura, llega cansada hasta las puertas del penal de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz para visitar a su hermana, que se encuentra detenida hace medio año por traficar droga. Es la número 65 de la fila de mujeres que esperan para ingresar al recinto penitenciario a visitar a sus familiares.

Pero en la puerta principal de la cárcel hay otra fila pequeña, en la que sólo hay cuatro mujeres. Celeste se acerca y pregunta a una de ellas para qué es esa formación. Ni bien termina de preguntar, sale un policía y ordena: "Denme 50 bolivianos y entran cinco de golpe”.
Celeste agarra sus dos bolsas negras con víveres y algo de ropa y saca 10 bolivianos de su cartera para entregar a la primera de la fila, lo mismo hacen las otras.

Existen cinco filas para ingresar al penal de máxima seguridad de Palmasola, con una población que supera las 5.000 personas. La primera es de mujeres, ellas para ingresar deben pagar cinco bolivianos. Luego está la de mujeres embarazadas, con bebés en brazo y mujeres de la tercera edad, quienes también deben pagar cinco bolivianos.

La tercera, de "ingreso rápido”, se organiza en la puerta principal . Para ingresar por ahí se debe pagar 10 bolivianos.
Al otro extremo está la fila de los "carretilleros”, que se encargan de ingresar bolsas grandes. Dependiendo la cantidad, el tamaño y el artefacto, los efectivos hacen el cobro que oscila entre cinco y 20 bolivianos.
Por último está la fila de los varones, que también deben pagar cinco bolivianos.
En la fila de "ingreso rápido”, una de ellas comenta que el dinero recaudado se reparten entre 10 policías que están en la puerta principal. "Todo es plata, para meter un televisor he pagado a los pacos (policías) 50 bolivianos, un aire acondicionado por otros 50 bolivianos”, reclamó.
Celeste, luego de ingresar al penal, tuvo que hacer otra fila para que la registren y la requisen hasta las prendas íntimas. Luego de la revisión, se dirige al pabellón de mujeres, pero para ingresar debe pagar otros cinco bolivianos a los efectivos que custodian ese espacio de la cárcel.

Después de la matanza entre reos en agosto de 2013, el pago por las visitas fue anulado por el anterior director de Régimen Penitenciario Ramiro Llanos, pero tras su salida estos cobros se repusieron.
"Hemos logrado que la Policía no realice los cobros, no fue fácil, el personal que teníamos incidía para evitar esto”, indicó Llanos.


El exdefensor del Pueblo, ahora rector de la UMSA, Waldo Albarracín, señaló que la visita es un derecho que tiene toda persona y el pago es un hecho irregular, porque "no se trata de ingresar a un espectáculo, al cine, a un partido de fútbol o a una discoteca. No se puede pagar para ejercer un derecho que es la visita”.

El cobro por visita -según Albarracín- es una "extorsión disimulada”. El hecho de que te cobren por algo que es correcto es una extorsión y ese hecho debería ser corregido por las autoridades competentes.

Algunos datos
Población Se estima que en la cárcel de Palmasola hay unos 5.000 reos, que superan de lejos la capacidad de acogida que tiene ese penal.
Ingreso En días de visita, que son los jueves y domingo, ingresan aproximadamente más de 1.000 personas. Los otros días ingresan cerca de 300 personas.
Reconstrucción A más de ocho meses del enfrentamiento entre reos en el pabellón de máxima seguridad Chonchocorito, los internos comenzaron a reconstruir las celdas de esa sección.

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