Sunday, June 15, 2014

Víctima de robo vivió un calvario por falta de facturas

Cuando solo faltaban seis días para que el fotógrafo Carlos (nombre ficticio) asistiera a dos eventos sociales para realizar un trabajo, delincuentes ingresaron en su casa y robaron una cámara fotográfica valuada en 2.500 dólares, además de un refrigerador, dos laptops, dinero y garrafas.

Este hecho ocurrió un sábado por la tarde, en abril. Los delincuentes aprovecharon que la familia se había ausentado del domicilio situado en el barrio Sausalito, a la altura del kilómetro 6 de la avenida Blanco Galindo.

Al retornar a la vivienda, la familia quedó desconcertada por el robo, pero su mayor preocupación era recuperar el instrumento de trabajo, la cámara fotográfica.

Dos días después, el lunes, Carlos comenzó a buscar una cámara para reemplazar a la que le había sido robada.

Se le ocurrió publicar en la página “Barrio Chino”, de Facebook, la necesidad que tenía por conseguir una cámara, y en un par de horas un hombre se contactó por teléfono para decirle que tenía un equipo con las características que requería.

Acordaron encontrarse al día siguiente en una oficina. Y mientras Carlos estaba fuera, su hermano recibió a las personas interesadas en vender la cámara fotográfica.

El equipo que le ofrecieron era el mismo que le habían robado dos días antes, incluso tenía el mismo estuche. Al reconocer la cámara fotográfica, el hermano decidió llamar a la Policía y a Carlos para que detuvieran a estas personas.

“Recibí la llamada y de inmediato fui a la Unidad Táctica de Operaciones Policiales y llevé a dos policías a la oficina. Eran dos hombres y una mujer los que estaban en poder de la cámara, pero solamente uno fue detenido, los otros dos escaparon”, relató.

La víctima de este robo dijo que las personas que visitaron su oficina habían dejado en el estante una mochila que contenía armas blancas, cables y celulares.

Al percatarse de esta situación decidió hacer la entrega de la mochila a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Quillacollo, en caso de que las personas afectadas decidieran reclamar por sus pertenencias.

“Lo que no se percataron los policías es que escuchamos como se repartieron todo lo que había dentro del bolso, pues la luz estaba apagada (del cuarto donde aguardaban)”, señaló la víctima del robo.

Consultado sobre este tema, el director de la FELCC de Quillacollo, Yuri Tapia, informó que ingresó a la unidad justo en esos días y tuvo conocimiento del caso días después.

Sin embargo, señaló que la víctima no hizo una denuncia formal de este hecho, por lo que están a la espera de los descargos para iniciar la investigación correspondiente.

ALLANAMIENTOS

Al día siguiente de la detención del delincuente, la Policía realizó allanamientos a los domicilios donde los antisociales guardaban las cosas robadas. El primero se realizó en una casa cerca del parque Kanata, donde los agentes encontraron una de las laptops y el refrigerador de Carlos.

De esta vivienda se recuperaron, además, un refrigerador y una lavadora.

Carlos se mostró preocupado porque “estos objetos no fueron mostrados a los medios de comunicación para que la gente que hubiera podido ser víctima de algún robo los reconozca”.

En su caso, él tuvo que pagar el transporte para trasladar sus pertenencias hasta la Policía y se haga la devolución.

En un segundo allanamiento se recuperó un televisor de 42 pulgadas, una lavadora y una bicicleta.

Carlos relató que en ambos allanamientos se detuvieron a dos personas más, pero actualmente las tres están libres, debido a que fueron liberadas tras ocho horas de encierro.

Según la víctima, los detenidos indicaron que habían comprado las cosas robadas a otras personas y por eso fueron liberados.

BUROCRACIA

Carlos denunció que sufrió para recuperar su cámara, por los trámites burocráticos que debió hacer.

Explicó que el juez que se hizo cargo del caso le exigió que presentara una factura de la compra, pese a que él le había explicado que lo adquirió de la tiende virtual de Ebay y que no tenía recibo.

Sin embargo, contaba con la caja del equipo que tenía los códigos que coincidían con la cámara, pero tampoco se hizo la devolución.

“Tuve que denunciar el caso a los medios de comunicación para ver si las autoridades reaccionaban. Solo así logré recuperar mi cámara”, manifestó.

Añadió que uno de los policías vio la nota en la televisión y pidió que se le devolviera los equipos.

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