La responsable jurídica de la Pastoral Penitenciaria, María del Carmen Michel, dijo que el sistema carcelario del país es una violación constante a los derechos humanos porque no cumple con las condiciones mínimas previstas en las leyes y la Constitución.
"El privado de libertad todos los días encuentra violados sus derechos humanos", apuntó.
Citó como ejemplo que no hay clasificación de presos por detenidos preventivos, detenidos sentenciados y por tipos de delitos. Agregó que otro aspecto que preocupa es que en algunos recintos ni siquiera existe una adecuada clasificación por género. Otra muestra de la vulneración constante de los derechos humanos son los elevados niveles de hacinamiento.
Indicó que en el caso de la cárcel de Mocoví, que fue construida para 150 personas, "ahora hay más de 560, y muchos están con ropas raídas".
Si bien el Estado cumple con la entrega del prediario de Bs 8 para los internos, señala, el monto no se desembolsa mensualmente, sino "cada tres o cuatro meses".
Este hecho genera que en recintos como el de Riberalta o Guayaramerín los reos “salgan a los mercados, acompañados por sus custodios, a pedir el regalo de desechos, de carne, verduras, y en algunas ocasiones han llegado a recoger hasta de la basura”
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