“Este componente de seguridad tiene un fuerte carácter social, busca la integración vecinal y la cohesión social a partir de la práctica de valores comunes como son el respeto, la solidaridad y afecto entre los vecinos convirtiendo al barrio en una familia grande”, señaló.
La instalación de los dispositivos de control para evitar actos delictivos es un elemento coadyuvante para la seguridad ciudadana no así el elemento central para resguardar al vecino. En este tema el ciudadano debe ser el primer sensor del peligro en su entorno, señaló.
Adelantó que a partir del 19 de este septiembre empieza la instalación de este equipamiento en puntos de la ciudad donde los vecinos se organizaron de manera efectiva y solidaria, comprometiéndose a cumplir una serie de reglas que exige el municipio.
“El trámite no es complicado, requiere de la participación de los vecinos y compromiso de buena convivencia, solidaridad, respeto mutuo. Nos hacen llegar una nota y nosotros les ayudamos a completar el trámite con el llenado de formularios. Hacemos un taller de capacitación para el uso de las alarmas y de cohesión social para verificar el compromiso de cumplimiento” explicó Ramallo.
Los dispositivos tienen una capacidad de cobertura de ocho cuadras, dependiendo de las características del lugar. La alarma se coloca en un punto medio y uno de los vecinos monitorea desde su casa. De existir alguna situación irregular el vecino activa la sirena con un conector portátil.
Por otra parte, una vez activada la alarma de manera automática se envía un mensaje de texto al celular de las familias que son parte de ese circuito. Este mismo mensaje también es recibido por la estación policial u oficiales más cercanos al lugar donde se emitió la señal de prevención.
Ramallo detalló que cada alarma vecinal tiene una sirena, un altavoz, un destellador, lo que hace que este dispositivo sea además un elemento de disuasión en eventos de peligro.
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