En lo que va del año, la Policía registró entre una y tres muertes
al mes por hechos delictivos en Sopocachi, informaron desde la EPI del
macrodistrito de Cotahuma, al cual pertenece la zona.
Estos datos, señalan los vecinos, hacen pensar que el barrio no
superó los índices de inseguridad que tanto se buscó erradicar en el
pasado.
No ayuda el hecho de que todo el macrodistrito, que está
conformado por cinco barrios, tenga a su disponibilidad alrededor de 40
policías, quienes en los últimos meses estuvieron reforzando la
seguridad de la plaza Murillo. Entre abril y junio se desarrollaron
manifestaciones de las personas en situación de discapacidad que
llevaron al Gobierno a instalar un cerco policial en ese lugar.
"Los últimos meses estuvimos reforzando la seguridad por el
conflicto con los discapacitados”, explicó el comandante de la EPI
Cothauma, Héctor López Herrera, quien a su vez señala que si en
Sopocachi se registran casos de inseguridad se debe también a que la
Alcaldía "no instaló las prometidas cámaras de vigilancia para ese
barrio”.
Página Siete intentó comunicarse con José Luis Ramallo, secretario
municipal de Seguridad Ciudadana, para consultar sobre las cámaras pero
éste no contestó a las llamadas. López considera que en relación con
años anteriores, los hechos delictivos han bajado. "Antes recibíamos
muchas denuncias, principalmente por robos y asaltos, el robo de
carteras era recurrente. Hoy son muy escasos”, dijo, aunque no
especificó los casos registrados en el pasado.
Inseguridad a cada paso
"Deja de meterte porque sino, te vas a ganar ‘problemas’”. La
amenaza la recibió Mario (nombre ficticio), la madrugada de un sábado de
julio. Cansado de tanto alboroto, este vecino del barrio de Sopocachi
había llamado a la Policía para que disperse a los clientes de un bar de
la calle Belisario Salinas que tras su cierre se habían acomodado en la
esquina de su edificio para seguir bebiendo.
"La amenaza me la hicieron los administradores de uno de los
bares del lugar luego de que me fuera a quejar por la bulla que generan
sus clientes”, cuenta Mario, quien quedó sin ganas de volver a
denunciar este tipo de hechos.
"Ése es un tema de la Alcaldía”, dice López e inmediatamente
agrega: "Nosotros le hemos indicado estas cosas al subalcalde de
Cothauma pero todo ha quedado en nada”, se excusa López, quien agrega
que en la actualidad realizan operativos en ese barrio a partir de las
23:00 hasta las 3:00.
"La convivencia se ha hecho casi imposible”, cuenta Mario, quien
encontró en los tapones para los oídos una solución momentánea a su
conflicto.
A los problemas mencionados se suman otros como "los robos de
mascotas en los supermercados, robos al interior de los edificios, venta
de drogas, secuestros exprés y daños a la infraestructura a causa del
consumo de alcohol”, cuenta Zulema Iñiguez.
Coincide con ella Mariela Achá, vecina del barrio hace más de una
década. "En mi edificio robaron varias veces en los departamentos.
Por eso ahora el ingreso es con código y tarjeta”, indica Achá, quien
fue víctima de otros delitos. "Hace años me asaltaron en la calle
Ecuador y hace unos meses me hicieron un secuestro exprés y me dejaron
en Alto San Pedro”, relata.
Tal es la inseguridad a la que están expuestos los vecinos de
este tradicional barrio, que muchos han modificado algunos de sus
hábitos. Por ejemplo, en el edificio de Gustavo Sánchez, ubicado entre
las avenidas 20 de Octubre y Fernando Guachalla, la puerta se cierra a
las 21:30 y de ahí nadie puede entrar. "Sucede que de los 10
departamentos, seis han sufrido robos”, cuenta Sánchez, quien dice que
la junta de vecinos ya no hace nada porque se cansó de que no le hagan
caso.
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