Luego de recibir su sueldo -1300 bolivianos- la joven fue a la parada de trufis para retornar a su casa como lo hacía todos los fines de semana, pero en el camino se vio tentada por el juego denominado “Timba”, más conocido como avioncito, donde el participante debe poner dinero en alguna de las casillas y, si luego de girar la ruleta, cae en el color elegido la persona gana la misma cantidad apostada.
Inicialmente Carminia ganó 50 bolivianos y luego 200 bolivianos, pero a la tercera otros cómplices, que se hacían pasar por participantes, la animaron a apostar una cifra mayor; ella obedeció y perdió lo apostado.
Su preocupación y pena fue consolada con una nueva esperanza. “Apostalo todo, y así vas a recuperar lo que has perdido y vas a ganar más todavía”, le sugirieron los supuestos espectadores. Esperanzada en recuperar lo anterior así lo hizo y perdió todo su sueldo
Ninguno de sus argumentos fue válido para que los dueños del juego le devolvieran lo perdido. De inmediato Carminia acudió a oficinas policiales de la EPI-6 para denunciar lo ocurrido.
Con apoyo policial, Carminia volvió al lugar, de las calles República y Guayaramerín -frente al templo San Carlos- donde identificó a dos de las personas que participaron en la estafa, Beymar M. G (23) y Margot G. S. (36).
Ambos implicados fueron arrestados en celdas policiales para responder ante la justicia.
Amigos de los arrestados informaron que en la zona existe también otro grupo de personas que se dedica a la misma actividad y que Carminia estaría confundiéndolos.
Explicaron que en estos juegos no solo participa una o dos personas, sino que es apoyado por grupos de ocho y diez quienes hacen de afortunados ganadores para tentar a ingenuos transeúntes.
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