Según la dirección de régimen penitenciario de Cochabamba, Tatiana Aguilar, continúan trabajando intensamente en los recintos carcelarios, hace más de dos años, concientizando a los padres de familia para que sus hijos no se queden a vivir en los penales.
La Ley 586 de 2014, de descongestionamiento y efectivización del sistema procesal penal, tenía el objetivo de combatir el hacinamiento en las cárceles del país, pero fundamentalmente retirar a los niños que vivían con sus padres recluidos.
En 2013, un informe de Naciones Unidas mostró su preocupación por la cantidad de menores que vivían con sus padres en los recintos carcelarios de Bolivia. En ese entonces superaban los 1.500 niños en todo el país.
Desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, expresaron que Bolivia es el único país en la región donde se les permite a los niños vivir en una cárcel; aunque en algunos países los bebés lactantes se quedan con sus madres.
Si bien anteriormente decenas de niños compartían celdas con sus padres en todos los recintos penitenciarios de Cochabamba y el país, desde 2014, luego de la matanza en la cárcel de máxima seguridad de El Abra, las autoridades tomaron mayor atención a la seguridad de los menores de edad. (Los Tiempos)
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