Monday, February 20, 2012

La seguridad en Oruro no obtiene la mejor nota

La expresión “a río revuelto, ganancia de pescadores”, tiene diversos matices a la hora de la evaluación de lo que ocurrió en Oruro en la esplendorosa Entrada.

Pese a que la Policía desplazó a 2.500 efectivos, la mayoría de ellos concentrados en la Plaza 10 de Febrero, las denuncias de robos, pérdidas de objetos, riñas y borracheras por doquier estuvieron a la orden del día.

Los jóvenes aprovecharon las primeras sombras de la noche del sábado para ingerir bebidas alcohólicas sin medida, algunos pugilatos y riñas personales eran cosa frecuente. Niños se apostaron debajo de las graderías para recoger y escapar con cualquier objeto, moneda o dinero que caía de los bolsillos de los espectadores.

Pero el hecho curioso lo vivió el reportero gráfico de EL DIARIO, Álvaro Valero, quien para completar su cometido, ingresó a un hotel, cuyo nombre guarda en reserva este matutino. Pidió cargar la batería de su cámara y se le pidió que vuelva luego de algunos minutos. A su retorno, muy amablemente, el que atendía el citado hotel, a una cuadra de la plaza principal le sirvió un vaso de refresco, que, por fortuna, Álvaro no se sirvió inmediatamente, sino que bebió un sorbo.

Segundos más tarde sintió un sopor y estuvo a punto de desvanecerse. “Me han pildoreado”, pensó y salió apresurado del citado alojamiento. Aferrado a su cámara fotográfica y el resto del equipo buscó asiento hasta que le pasara el efecto. “Si me bebía el vaso, caía en segundos”, contó Valero.

Ayer, el reportero gráfico en Oruro quiso dialogar con el dueño del hotel, que evitó contacto y los miembros de seguridad se lo impidieron, de manera que se agrandó la duda.

Este hecho y otros muestran que se debe trabajar mucho en seguridad, tomando en cuenta el número de turistas y que dicen mal de algunos hoteles que hacen quedar muy mal a Oruro.

No comments:

Post a Comment