Thursday, October 24, 2013

La “Ricuritas” el terror de las comerciantes y taxistas de Tarija

No había pasado ni un día de haber instalado su puesto de venta de ropa americana cuando las comerciantes vecinas le advirtieron de la “Ricuritas”, una mujer de la tercera edad muy dedicada al hurto, que intimida a las comerciantes atosigadas por la visita de la temible señora.

Se escucharon muchas historias de la famosa “Ricuritas” y es que al parecer este personaje es el terror de las comerciantes, no sólo por el hecho delictivo que acomete contra ellas sino porque además, si se le dice algo reacciona con mucha violencia, gritos, insultos, amenazas e incluso con intensión de llegar a los golpes.
Dentro y fuera del mercado nadie está a salvo, así sucedió recientemente en una agencia de viajes aledaña, donde la famosa “Ricuritas” ingresó a pedir prestada la guía telefónica. Al recibir una negativa echó al piso lo que estaba sobre el escritorio, computadora y todo se vino abajo, los gritos se hicieron escuchar en la calle por lo que las vecinas solidarias, de la librería y farmacia de enfrente, corrieron a auxiliar a la desafortunada funcionaria de la agencia de viajes.
El escándalo se hizo mayor y la fornida agresora salió a la calle lanzando piedras, y cuanto objeto pudo alcanzar, a las vidrieras de los comercios involucrados, una de las piedras muy grandes que la agencia tuvo el cuidado de guardar como prueba para la denuncia policial, fue arrojada directamente contra la funcionaria, para suerte de ésta sin atinar puntería.
Pero la indignación de “Ricuritas”, lejos de menguar se acrecentaba y vaya a saber de dónde consiguió un martillo (posiblemente sustraído de los obreros que trabajan en el colegio María Laura) con lo que se dirigió muy dispuesta a propinar martillazos a la escuálida funcionaria que fue rescatada por sus vecinas.
Ante tal hecho al menos seis de las comerciantes en la calle 15 de Abril, decidieron poner en sus establecimientos de venta un timbre muy sonoro con un botón de interruptor colocado a la altura del pie, con el compromiso de que si vuelve a pasar algo similar, al sonido estridente del timbre todas acudirán a prestar auxilio.
La temible “Ricuritas”
Se dice que “en pueblo chico infierno grande”, estas historias podrían ser exageradas sin embargo muchos saben de las andanzas de la “Ricuritas”. Motivados con los comentarios decidimos hacer un recorrido por los comercios del Mercado Negro para confirmar que en efecto es conocida y tiene su mala fama muy bien ganada.
La gran mayoría la conoce y a nuestra conversación con las comerciantes se sumaron las personas que acudían a comprar algo ya que “Ricuritas”, si bien tiene predilección por la zona del Mercado Negro, pues como asegura la gente su vivienda particular queda muy cerca, también comete las mismas fechorías en varias zonas de comercio de la ciudad.
La señora se la describe como muy fornida, mayor de 60 años, con cabello encanecido y crespo, que frecuentemente transita por las calles portando un enorme bolso, es sumamente agresiva pero además esto se debe a que es alcohólica y drogadicta.
Para los taxistas también es muy conocida pues tiene por costumbre subir al taxi a hacer largos paseos pidiendo que la lleven de una farmacia a otra, luego en cualquier descuido desaparece. En una ocasión uno de los taxistas que ya había pasado por la experiencia se negó enfáticamente a recibirla como pasajera.
“Ricuritas” indignada dio de golpes al vehículo con un palo de escoba, ya que conseguir objetos contundentes no le significa dificultad, luego metió medio cuerpo por la ventanilla del pasajero y le quitó la llave por lo que el chofer tuvo que lidiar un buen rato con sus arranques violentos hasta que después de un rato pudo recuperarlas.
Como ya es conocida se cuidan mucho de molestarla por lo que cuando se acerca a algún puesto de venta, las otras comerciantes se acercan discretamente formando un grupo de tres a cuatro para desalentarla por mayoría.
Resulta inagotable resumir todas las anécdotas por lo que añadiremos que la mayoría de casos incluyen hurto, violencia y propuesta de venta, a muy bajo costo, de artículos sustraídos como picos, engrampadoras, maquinas etiquetadoras, blusas, medias, chompas, bolsos, billeteras, escobas, productos alimenticios y un largo etcétera.
¿Esperan que nos maten?
La principal preocupación de las comerciantes es sin duda el riesgo a su propia seguridad ya que esta señora tan agresiva está además relacionada con gente de muy sospechosa procedencia que en ocasiones colabora con ella en sus fechorías.
“No fue ahora pero será pronto”, es una de las amenazas que más perturbó a una de las comerciantes que vive con el temor de que a espaldas le propinen un golpeo o le den hasta un cuchillazo.
Para una comerciante cochabambina este hecho se habría solucionado en su ciudad con un fuerte escarmiento, “no digo hacerle daño pero si un buen susto la tranquilizaría”, aclara.
“Esta mujer es parte de una conocida familia y podría hacer daño a la sociedad porque además como drogadicta no controla sus actos, tendrían que internarla”, opina la comerciante.
Ante tales sugerencias acudimos a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), para saber que sucede en este caso donde reina la violencia y las amenazas, el jefe de la división Propiedades, Carlos Pizarro Santivañez, explicó que dentro de los procedimientos legales, y policiales tiene que existir una denuncia.
“Muchas veces la gente no viene a sentar denuncia por lo que son puestas en libertad pues en lo estipulado por ley son ocho horas de arresto”, explicó.
Añadió que no se hace la denuncia porque las víctimas prefieren evitar el transe de estar en la policía prestando declaraciones; algunas comerciantes aseguraron que además se debe pagar al policía para su gasolina y otras exigencias que al final resultan morosas por lo que evaluando el monto perdido por el hurto, guardando la dignidad ante los insultos, deciden dejar el tema para proseguir con sus vidas.
Sin embargo, el tema de seguridad, al menos en el Mercado Negro es lamentable pues en lo que va del año, los ladrones se hicieron de grandes botines en el frial de pollos, la juguetería, el puesto de venta de lana, en una mercería se llevaron todo y dejaron apenas dos colgadores de ropa, lo propio en un local de venta de artículos deportivos, por lo que muchas comerciantes ven el tema desde su propia iniciativa colocando alarmas de movimiento que al menor sobresalto hacen mucho ruido.
“Yo estoy tres años en Tarija, en ese tiempo fui testigo sobre todo de esta señora, hay también el caso de otra muy tierna pero cleptómana, la mujer es millonaria, su familia la obliga a devolver, nosotras la consideramos porque es viejita y difícil que cambie, es una cosa simpática, pero la ‘Ricuritas’ es peligrosa”, añade una de las tantas comerciantes pendientes de no ser la próxima víctima de la “Ricuritas”.
“Por el momento sálvese quien pueda” y ojalá que, como siempre, no esperemos una tragedia para actuar como dice el dicho “Tarde, mal y nunca”.


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