Tuesday, May 7, 2013

En los dos últimos años robaron 223 piezas de templos en Bolivia

Los robos en los templos datan, por lo menos en Cochabamba, de hace más de medio siglo. El hurto de la corona de la Virgen del Rosario en la iglesia de Punata el año 1940 fue uno de los casos más relevantes en la región. En ese entonces, con la ayuda de las autoridades religiosas el caso fue esclarecido y se detuvo al responsable que había vendido las alhajas a un joyero, aunque las piezas no se recuperaron.

Han pasado 73 años de ese robo y los saqueos a las iglesias en el país continúan. Según datos proporcionados por el Ministerio de Culturas y Turismo, en los dos últimos años 223 piezas fueron robadas de los santuarios.

Los departamentos de La Paz y Potosí fueron los que sufrieron estos robos durante los dos últimos años, pero no se descarta que a nivel nacional se hayan suscitado más hurtos que no fueron reportados o denunciados a esta instancia de Gobierno.

Por ejemplo, en la capilla de Alto San Pedro de Santa Cruz, en agosto del año pasado se robaron cuatro cálices bañados en oro, un frigobar y hasta las hostias para la celebración de la Eucaristía. El caso solamente fue denunciado a la Policía, mientras que el Ministerio de Culturas y Turismo no cuenta con el registro de estas pérdidas.

ROBOS EN COCHABAMBA

Además del robo a la Virgen del Rosario, en el departamento se registraron otros casos.

En 1970, del templo de San Ildefonso se robaron joyas de la Virgen de Urkupiña. De la iglesia de Tarata el año 1996 hurtaron varios cuadros.

La imagen de la Virgen de Vila Vila, que tiene una antigüedad de más de 200 años, fue robada hace varios años, pero se la recuperó antes de que salga del país, gracias a la denuncia y el proceso de búsqueda.

Hace más de 20 años se robaron del convento de Santa Teresa la corona de la Virgen del Carmen, varios objetos de plata y tres cuadros.

El año 2004 en Collpa Ciaco, Arani, los ladrones se llevaron cuadros y algunos muebles que hasta la fecha no han sido recuperados.

El 2008, de la iglesia del Hospicio se robaron la imagen del Niño Jesús, que se encontraba sostenida en el brazo izquierdo de la Virgen de la Divina Providencia.

El 2011 se registró un robo de equipos de música en la iglesia de La Merced, situada en la zona de Sarco.

Otras iglesias como San Francisco, situada en la ciudad también fueron víctimas de robos hace muchos años.

A NIVEL NACIONAL

Solamente este año seis robos se registraron en cinco iglesias de Potosí y uno en el templo de Copacabana de La Paz, en fechas muy seguidas desde el 16 de marzo hasta el 22 de abril.

En todos los robos, los ladrones sustrajeron joyas y objetos de plata y oro. Las iglesias donde se registraron este tipo de casos están situadas en áreas muy alejadas.

La pérdida de la corona y otras 27 piezas de platería de la Virgen de Copacabana fue el hecho que colmó la paciencia de los feligreses, que enfurecidos por la acción de los ladrones hicieron vigilia en puertas del templo de Copacabana y exigieron la captura de los ladrones.

Este último caso ocasionó a su vez una controversia entre el Gobierno y la Iglesia católica, ya que en las investigaciones se involucraron a tres personas que formaban parte del templo de Copacabana.

Mientras tanto, en Potosí la seguidilla de robos en las iglesias ocasionó que los párrocos de templos de las provincias Chayanta y Bustillos entreguen los objetos de valor a los indígenas, informó el diario El Potosí.

TRÁFICO ILÍCITO



Para el director general de Patrimonio del Ministerio de Culturas y Turismo, Marcos Michel, el robo de este tipo de piezas no es solamente un problema a nivel nacional, sino en toda Sudamérica.

“El trafico ilícito es el tercer delito más lucrativo después del narcotráfico y la venta de armas”, mencionó.

La autoridad habló de la existencia de una red de trafico ilícito en toda Sudamérica desde hace décadas, motivo por el cual el Gobierno trabaja con la Policía y la Interpol para poder dar con el paradero de esta red y el lugar donde se llevan las piezas sustraídas.

Para estas redes, Bolivia y otras naciones de Latinoamérica son lugares claves para los robos porque no existen coleccionistas de este tipo de piezas y lo sustraído es llevado a países de Europa, donde su valor es mucho más alto.

RIESGO

En el último tiempo, el robo dentro de las iglesias ha despojado, sobre todo a las vírgenes y santos, de joyas ofrendadas por los feligreses.

El mayor riesgo de este tipo de robos es que las piezas que fueron sustraídas ya no sean recuperadas más y retornadas a los templos, debido a que el fin de las alhajas no es el mercado internacional, sino las joyerías donde son fundidas y vendidas en su valor como metal y no como reliquia y patrimonio.

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