Se conoce que Avilés se presentaba en las farmacias a nombre del gobernador Santos Tito y solicitaba un medicamente difícil de encontrar para un supuesto tratamiento médico de la primera autoridad departamental.
Como el medicamento era difícil de encontrar, el estafador decía que podían hacer un pedido a una empresa del interior del país y que el Gobernador no pondría límites para pagar el costo que sea necesario por el remedio.
El aprehendido solía dejar a las farmacias donde se presentaba con este engaño un número de teléfono del supuesto representante de esa empresa y cuando los dueños llamaban él mismo contestaba fingiendo la voz.
Según la denuncia de los afectados, el supuesto representante de la empresa importadora del medicamento, también vía teléfono, se comprometía enviar el producto previo depósito de un adelanto de dinero.
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