Para la sargento Jaqueline Vargas, las personas desaparecidas, no solo se encuentra entre los adolescentes y sobre todo mujeres, sino en menores de 15 años y personas de la tercera edad, quienes aumentan las denuncias a cinco casos por día.
ADOLESCENTES
La edad más frecuente de las personas desaparecidas va desde los 14 años hasta los 18, con mayor tendencia del sexo femenino, las denuncias llegan a ser comunicadas a diferentes instancias, como medios de comunicación con la finalidad de que los jóvenes y señoritas recapaciten y puedan retornar a sus hogares.
Pero en caso de que no exista ninguna respuesta y la persona desaparecida no realice ninguna comunicación con sus familiares, en dos días se formaliza la denuncia mediante la presentación de un memorial que permita sancionar a las personas que retengan a una persona desaparecida. La misma debe estar firmada por un abogado y si es menor de edad la defensoría se hace cargo.
BÚSQUEDA
La búsqueda que se convierte en la segunda etapa, luego de que la familia de la personas desaparecida formaliza la denuncia, entrega una fotografía y fotocopia de la cédula de identidad de su familiar, se inicia desde la difusión por medios de comunicación, hasta el pegado de los afiches en la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, en las terminales de buses, aeropuertos, terminales interprovinciales y en las mismas trancas de control policial.
“Esta distribución de los afiches es realizado tanto por la policía de esta área, como por los mismos familiares, quienes tienen su propio original de la denuncia y pueden realizar la difusión, de esa manera se redobla la búsqueda”, indicó Vargas.
CELULAR
La tercera etapa que debe efectuarse es realizar un análisis de la línea telefónica o celular de los adolescentes desaparecidos, procedimiento que se realiza con orden de fiscal, aspecto que no requiere ningún gasto para la familia denunciante.
“Se solicita el extracto de llamadas, se verifica los números recientes o frecuentes con los que se realiza la comunicación, se analiza su ubicación georeferencial en las últimas 24 horas y finalmente se busca una comunicación con las personas que tuvo contacto el adolescente”, detalla la investigadora.
Para Vargas el 95% de los adolescentes desaparecidos, se debe a factores de “problemas de conducta”, entendido como la inadecuada relación afectiva y de comunicación con sus progenitores, aspecto que permite que ellos no afronten sus problemas adecuadamente, pretendiendo huir del núcleo familiar, por temor a reproches o actos de violencia.
En tanto el restante 5%, suelen ser encontrado en la morgue del hospital de clínicas en La Paz, como consecuencia del atropello a peatón o consecuencias del excesivo consumo de bebidas alcohólicas en la calle.
En El Alto al momento solo se analizan dos casos de trata y tráfico de personas, los cuales tienen una antigüedad de un año.
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