Friday, June 21, 2013

En Tarija hay 41 niños “condenados a vivir” en el penal de Morros Blancos

Son 41 los niños que viven en el penal de Morros Blancos de Tarija. No cometieron ningún delito, pero sus padres si, por eso conviven con 439 reos, quienes están allí acusados de asesinato, violación y robos, entre otros delitos.

Del total de niños que están en el penal, 22 son mujeres y 19 varones, según la trabajadora social del centro penitenciario, Ingrid Flores Gonzales. Aunque la Ley 2026, Código Niño, Niña y Adolescente, indica que niños mayores de seis años no pueden vivir en las cárceles, en Morros Blancos 23 menores sobrepasan esa edad.

Estos menores están expuestos a diversos peligros, como la pelea entre reos, consumo de drogas y alcohol, y hasta son testigos silenciosos de las amenazas y chantajes que ejecutan los presos más peligrosos a los “recién llegados”.

El pedido de los padres de esos menores y de instituciones como la Defensoría del Pueblo, es que se habiliten albergues especiales para los niños de Morros Blancos.



Una de tantas historias

José es un niño de cuatro años, según indica mostrando cuatro de sus dedos cuando se le consulta su edad. Él vive junto a su hermano y su madre en el penal. Cuenta que a veces van a visitarle sus amigos y que le gustaría ir a pasear a la calle.

A su corta edad, al igual que otros niños menores de seis años, no sabe las razones por las que debe jugar detrás de unas rejas y en un pequeño parque sin flores ni plantas.

Pese al frío de la mañana, él, junto a otros niños, está desabrigado y se entretiene en su juego sentado en el piso del centro del Proyecto Integral de Desarrollo Infantil (PIDI), y sin comprender la razón de estar privado de su libertad.

Son pocos los niños que acuden a la escuela, según la trabajadora social. Y si es que van no tienen una asistencia regular y no pasan al siguiente grado.



Una madre cuenta la vivencia de los niños

La madre de un niño de tres años, quien prefirió mantener en reserva su nombre, contó que no todos los padres cuidan de sus hijos durante el día, debido a que deben trabajar, o por descuido.

Los niños están en medio de los reos, según cuenta. El parque está junto a la cancha donde juegan los privados de libertad.

Indica que en el penal no hay un pediatra. Cuando los niños se enferman no pueden ser atendidos y si se agrava su situación, los padres deben pedir permiso del Juzgado del Menor para trasladarlos al hospital, pero como no pueden salir del ese lugar, encargan a la niñera y si es que ella consigue la autorización, el documento llega después de una semana o finalmente no llega.

Cuenta que su niño no quiere quedarse en el PIDI, cree que es porque no se siente bien allí. “Allá sólo juegan –indica-. Las maestras no están capacitadas, les enseñan muy poco. La niñera no lleva a los niños al hospital”.

“Los niños salen solos a comprar a las tiendas -comenta- y están expuestos a todo peligro, aquí hay gente que asesinó o violó. Los niños no tienen porqué pagar las culpas de sus padres”.

Pidió a las autoridades que el centro penitenciario sea de rehabilitación y que se creen fuentes de trabajo en el interior para sustentar a sus hijos.



La habilitación de albergues tarda

La representante de la Defensoría del Pueblo, Gladys Sandoval Salguedo, indicó que hay un compromiso del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) para habilitar un albergue en el mismo penal, para los menores de seis años. Y otro fuera de la cárcel, para los mayores de esa edad, pero que esté cerca del centro penitenciario, para no “romper el vínculo con sus padres”.

Según Sandoval, la reunión entre responsables de la cárcel, el Sedeges,la Defensoríadel Pueblo y dela Niñez, entre otras instituciones, donde se determinó habilitar los albergues, fue hace “algunos” meses. Pero hasta ahora no se hizo nada.

Se buscó una entrevista con la directora del Sedeges, Silvia Cazón, para conocer si ya se consiguió espacios para que los niños sean trasladados, pero no se encontraba en su oficina y tampoco respondió las llamadas realizadas.



Inseguridad para los niños

Tantola Defensora,la Trabajadora Socialy las madres de algunos menores coincidieron al indicar que la inseguridad para los menores en la cárcel es grande y pidieron al Sedeges agilizar la habilitación de albergues.

Cabe recordar que en menos de una semana fueron denunciados cuatro casos de violaciones en penales del interior del país. Con la habilitación de los albergues se busca prevenir los riesgos.



(NOTA DE APOYO)

Las consecuencias de crecer en las cárceles

VIRGINIA VELASQUEZ P./EL NACIONAL

Las consecuencias de crecer en las cárceles, según el psicólogo tarijeño, Nils Puerta Carranza, pueden ser diversas, entre ellas, convertirse en personas violentas o ser ensimismados.

Puerta indicó que algunos estudios determinaron lo insalubre que es para los menores vivir en ambientes como las cárceles.

“Si un niño tiene en su entorno a personas violentas –dijo- éste generalmente copia las formas de actuar”.

El psicólogo considera que para evitar traumas en los niños, al ser separados de sus padres, el Gobierno debe brindar espacios en los que ellos se sientan satisfechos y estén en buenas manos.

No comments:

Post a Comment