Monday, August 7, 2017

La reincidencia en el penal de Palmasola alcanza cerca del 20%


Entre febrero y junio de este año al penal de Palmasola han ingresado 1.127 personas, en su mayoría involucradas en robos, atracos, delitos sexuales y tráfico de sustancias controladas. Durante estos 150 días de los cinco meses, a diario la cárcel recibió un promedio de 7,5 internos, de los cuales más de uno era reincidente.

A escala general al reclusorio han vuelto durante estos meses 205 personas, siendo el delito más común a su retorno los robos y los robos agravados (atracos violentos). También hay un alto porcentaje de gente vinculada al narcotráfico, dentro del 18% que reincidió y volvió a involucrarse en hechos reñidos con la ley.

El mes donde más reincidentes se registró fue en junio. De las 247 personas que fueron enviadas por los juzgados a la cárcel, 48 ya habían estado recluidos, siendo 19% la cifra de reincidencia.
Marzo fue el mes en el que menos reincidentes ingresaron a Palmasola, ya que de los 259 reclusos registrados 38 había vuelto a caer en ilícitos.

Los registros de ingresos y salidas de internos a los que tuvo acceso EL DEBER, también muestran el número de salidas de los reos. De febrero a junio dejaron las rejas 1.062 personas y, como sucede con los ingresos al penal, la mayoría son asaltantes y narcotraficantes, que logran dejar el reclusorio con cesaciones a la detención preventiva o consiguen beneficios establecidos para los reos que cumplen condena, aunque en menor medida.

La cifra entre los ingresos y las salidas son similares, por lo que el permanente hacinamiento carcelario que se vive en la cárcel más poblada del país no ha sufrido alteración alguna hace varios años y más bien siempre se mantiene en ascenso.

Los análisis
Para el docente universitario y criminólogo Paúl Méndez, la habitualidad del regreso de los internos al penal de Palmasola está determinada por el fracaso del sistema carcelario.

“La cárcel es simplemente un centro de aislamiento. No hay más alternativas”, explicó Méndez y señaló que el fracaso del sistema penitenciario es también un fracaso del Estado en todos sus niveles.
El profesional dijo que falta voluntad y criterio de las autoridades políticas encargadas de la administración de las instituciones para cambiar esta realidad y convertir a las cárceles que ahora son “centros de aislamiento temporal”, en verdaderos espacios de rehabilitación de personas.

“Hay que generar un mejor diagnóstico de lo que está pasando y dar una mayor seguridad de las penas que se impongan. Hay que implementar una cárcel modelo, donde existan centros de formación técnica y equipos sicológicos”, apuntó Méndez y recordó que con la solución del sistema penal, se logra dar una solución a los problemas de inseguridad ciudadana en el país.

Régimen Penitenciario, instancia encargada del control carcelario dependiente del Ministerio de Gobierno, ha indicado que se está trabajando para mejorar la realidad de los internos y para tener mayor seguridad.

El secretario de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, Enrique Bruno, dijo que la reincidencia de los internos se debe a la falta de terapia ocupacional en los penales y que el sistema penitenciario no se ha adecuado a la cantidad de personas que están detenidas preventivamente.

“En Palmasola, hasta ahora, no se ha logrado generar la separación de los internos por el tipo de delito, por lo que estar recluido fomenta el crimen organizado”, apuntó Bruno.

Para Bethy Gamez, una voluntaria cristiana que trabaja con los reos del penal, el mayor problema de la gente que consigue su libertad es que no tienen un trabajo y nadie los quiere contratar por sus antecedentes penales. “Lamentablemente la cárcel se convierte para mucha gente en un círculo vicioso, que a la vez se convierte en un negocio para muchas otras personas”, indicó la voluntaria.

Para ella, la reincidencia es un mal que se genera por la falta de Dios en el corazón de las personas.

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