Monday, July 3, 2017

Video Exclusivo: “A los jueces no los perdono, que los perdone Dios”



El tormento de Reynaldo Ramírez Vale vio la luz. Este lunes, cerca de las 18:00, el cochabambino que fue condenado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto por un feminicidio que no cometió, fue liberado por los mismos jueces que lo condenaron en 2014.

Tras conocerse de que el verdadero autor de la muerte de Verónica Menacho Chilo ocurrida el 25 de noviembre de 2014 fue detenido e identificado como Moisés Bascopé Zambrana, Reynaldo Ramírez quedó libre tras estar más de dos años en Palmasola.
La tarde de este lunes recuperó su libertad y se reunió con su familia. Foto: Hernán Virgo

Los jueces Yaneth Mojica y Luis Paz, le dieron libertad irrestricta luego de que la defensa planteara también una cesación de la detención preventiva. Tras realizar los trámites respectivos Reynaldo Ramírez Vale quedó en libertad, en medio de abrazos y lágrimas.

Su madre, Agustina Vale que vino desde Cochabamba, no paró de llorar abrazado a su hijo que es inocente. A las 18:30, ya sin manillas, volvió al penal de Palmasola pero a recoger sus cosas donde además fue felicitado por otros reclusos.
Estuvo detenido injustamente por más de dos años en Palmasola. Foto: Hernán Virgo

Reynaldo Ramírez Vale ( 27 años) vivió en las catreras del régimen abierto PC-4 de la cárcel de Palmasola. En ese régimen debía cumplir una condena de 30 años. “La justicia no me dio la oportunidad, no me creyó”, afirma.

“Pronto voy a estar con ellos (sus familiares). Ha sido dura la vida acá, sin familiares que te vengan a visitar; el tiempo de estar aquí ha sido estresante”, dijo con voz entrecortada desde la cárcel poco antes de ir al Palacio de Justicia donde finalmente le dieron la libertad.

En el penal, sus compañeros reclusos lo felicitan a cada momento, pero él en entrevista exclusiva con EL DEBER, cuando se acuerda de su madre de la tercera edad, solloza. Hablamos y nos mostró una carta que empezó a escribir para contar toda su historia.
Reynaldo lee parte de la carta que escribió en la cárcel. Foto: Guider Arancibia

Estuvo más de dos años preso y en ese tiempo dice que su hermano mayor murió y su madre de la tercera edad que vive en Cochabamba, tuvo que trabajar de vendedora ambulante. “A los jueces no los perdono, no soy Dios para perdonarlos. Que ellos le pidan perdón a Dios y den cuentas”, dijo en una larga conversación con EL DEBER.

En la cárcel empezó a escribir una carta con todo su historial de casi tres años en prisión. Nos contó cómo fue detenido en Cochabamba, cómo fue traído a Santa Cruz hasta el día de la sentencia final que le impusieron los jueces. Mañana la entrevista completa en EL DEBER.

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