Saturday, June 23, 2012

La Paz sufre una ola de casos de agresión física sin robo

Que la inseguridad campea en las calles de La Paz es una verdad que se demuestra de manera cotidiana. Igual de evidente es que hay un delito, cada vez más recurrente, al que aún no se le presta la debida atención: las agresiones físicas violentas.

Muchas víctimas de la delincuencia cuentan que las atracaron y robaron; pero en otros casos pareciera que los ataques tienen sólo la intención de golpear y hacer daño. Cada vez son más los testimonios de gente que es agredida con brutalidad por grupos de delincuentes que dejan claro que su intención no es robar.

La Policía reconoce que recibe muchas denuncias de gente golpeada, y también admite que estos casos no tienen una tipificación o tratamiento específico.

Según el coronel Claudio Espinoza, comandante departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), del distrito policial 4 de la zona Sur, cada día se recibe un promedio de 11 denuncias; de ellas, alrededor de cinco son delitos violentos contra personas.

El coronel Fernando Isijara, comandante de Radiopatrulla 110 de la zona central, cuenta que lo que más atienden son riñas y peleas, escándalos en vía pública y asaltos con lesión.

Pero muchos otros casos no se denuncian nunca, porque la gente cree que “ir a la Policía es una pérdida de tiempo” o porque teme represalias.

La desconfianza en esta institución tiene diverso origen. En unos casos es la lentitud con la que atienden al llamado de los vecinos, o directamente la ausencia. “Nunca apareció el bendito 110”, dice Johnny, a quien tres jóvenes agredieron en días pasados en la zona de Calacoto.

En otros casos es la aparente “benevolencia” de los policías con los delincuentes. Sergio Vega, que impulsa en internet una campaña para que los ciudadanos denuncien casos y opinen sobre la inseguridad ciudadana, recuerda que también fue víctima de estos delitos y que cuando quiso formalizar una acusación, los oficiales le advirtieron lo engorroso y difícil que es seguir este trámite y que uno incluso le sugirió “arreglar nomás” con los acusados.

Otro afectado, Fernando Cazas, recuerda que luego de lograr que arresten a quienes robaron las placas de su vehículo, fue amenazado y agredido por familiares de los ladrones que, al parecer, consiguieron su dirección y número de celular porque accedieron a documentos policiales.

El caso de Johnny

Corrían las primeras horas de un frío sábado de junio. Johnny, de 49 años, dejó su auto en un parqueo de la calle Julio Patiño de Calacoto y empezó a caminar a su casa que queda a dos cuadras.

Según cuenta, apenas dio unos pasos cuando se cruzó con tres muchachos de entre 17 y 18 años.

“Se me acercó uno de ellos, me preguntó dónde iba y sin esperar respuesta me propinó un codazo en el ojo. Antes de que pudiera darme cuenta, él y sus dos amigos me estaban dando puñetes y patadas. Luego sólo recuerdo que pude levantarme y tocar todos los timbres del portero eléctrico de un edificio”, comenta.

“El tiempo se hizo interminable y ese rato temí por mi vida. “No había nadie que llegara en mi auxilio. Hasta que el portero del edificio y una pareja del primer piso salieron para intentar ahuyentarlos a gritos; pero como no se detenían, el vecino tuvo que lanzar un disparo al viento. Pero ni eso los asustó. Se alejaron unos 20 metros, pero mantuvieron un buen rato su actitud de provocación”, agrega.

Según Johnny, personas como las que lo agredieron no buscan robar, ni siquiera dinero; sólo salen a las calles para maltratar a la gente como diversión insana. “Conozco historias de amigos cercanos que también fueron atacados. A uno de ellos lo golpearon y apuñalaron, pero no le robaron nada”, afirma.

La golpiza dejó a Johnny inhabilitado por una semana. “Mi rostro quedó desfigurado. Quizás cuando pase el tiempo pueda contar tranquilo este episodio, pero ahora camino por las calles con miedo, mirando para atrás a cada rato”

Seguridad, mayor preocupación
De acuerdo con un sondeo realizado por el Observatorio La Paz Cómo Vamos (OLPCV), a través de su sitio web, entre mayo y junio de este año, la inseguridad ciudadana fue la mayor preocupación cotidiana de los paceños. Así coincide el 41,2% de los participantes.

En la pasada gestión, el Observatorio junto a la empresa IPSOS llevó adelante una encuesta de percepción ciudadana sobre seguridad que ya mostraba a la ciudadanía insatisfecha con este tema. Ésta es la percepción sobre las situaciones que generan más miedo:

- Un 65% teme ser atracado o asaltado al salir en la noche.- El 44% admite que le preocupa sufrir robos en la calle durante el día.- El 25% teme sufrir robos en vehículos de transporte público, más allá de la hora en que lo utilice.- El 15% teme ser víctima de un secuestro. - Un 86%, es decir casi nueve de cada diez, se muestra insatisfecho con la protección policial.

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