Era una garrafa nueva como cualquier otra, salvo un detalle, tenía en la base una mancha de macilla que la acuciosidad de un uniformado del penal de Morros Blancos no dejó pasar, ocultaba un tapón y después se descubrió que contenía al menos 20 litros de alcohol.
El comandante departamental de la Policía en Tarija, Alfonso Mendoza, informó ayer que entre las 12. 30 y 12.45 aproximadamente, en el servicio de guardia del recinto penitenciario, el sargento Condori procedió al secuestro de una garrafa que le pareció sospechosa, era nueva, pero tenía una mancha de macilla en la base. Los efectivos procedieron a rasparla y descubrieron que ocultaba un tapón tipo tornillo, lo destaparon y sintieron el inconfundible olor a alcohol. La garrafa había sido dejada por una persona –a la cual se busca- como encomienda dirigida a un recluso de apellido Patzi, quien ya fue aislado de la población penal.
Ayer, en el patio del comando de la Policía Departamental, se procedió a vaciar el contenido de la bombona de gas y se tuvo al menos unos 20 litros de alcohol etílico puro. “La gente se da todas las maneras de introducir esta bebida al penal al penal, se desconoce en cuantas oportunidades lo hayan hecho, por lo que se mejorarán los mecanismos de control en el ingreso”, subrayó la autoridad policial. El miércoles 3 de mayo, el gobernador del recinto carcelario de Tarija, Pedro Karim Castro, informó que, de acuerdo a la versión de los mismos internos, los precios del alcohol varían de acuerdo a la ocasión, por ejemplo en fiestas de fin de año y carnavales, una bolsita pequeña cuya cantidad es similar a la que contienen los envases de plástico conocidos como “boinas verdes” cuesta unos 20 bolivianos, cuando en una tienda no pasan de los tres.
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