Monday, July 2, 2012

Cárcel de Palmasola se amplía para rehabilitar reos violentos

El penal de Palmasola, en Santa Cruz, será reinaugurado en septiembre como un reclusorio modelo y con mayor capacidad. Una ampliación permitirá albergar a los 100 reclusos más violentos de la cárcel para intentar rehabilitarlos.

Detrás del actual penal se construyó un ambiente de 250 metros cuadrados, que se suman a los 30.000 que tiene el recinto penitenciario de la capital oriental. Esta ampliación se enmarca en un programa a favor de la población carcelaria.

El director nacional de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, informó a Página Siete que el prototipo del penal se remonta a 2006 y el proyecto plantea que los privados de libertad más problemáticos sean rehabilitados desde un sistema de régimen cerrado, hasta pasar a uno en el que puedan convivir con el resto de la población.

“La cárcel de Palmasola es una especie de barrio de cualquier ciudad, donde los internos tienen sus propios controles, hay seguridad interna y forman sus propios delegados. Si bien no tenemos problemas serios, como ocurren en otras cárceles del mundo, aparecen algunas personas que no tienen un buen nivel de comportamiento, entonces había que pensar en algún sistema de rehabilitación”, explicó.

El centro de reclusión alberga a 4.030 internos y está afectado por el hacinamiento. La situación es tal que en una celda de 30 metros cuadrados pueden pasar la noche entre 50 y 55 personas.

El año pasado, los reclusos iniciaron una huelga de hambre en demanda de un prediario de diez bolivianos y por mejores condiciones de vida.

La situación no ha mejorado del todo. En abril de este año, el cardenal Julio Terrazas visitó el centro penitenciario y expresó su preocupación por el hacinamiento en la cárcel.

“Llama la atención la excesiva población carcelaria, que con el tiempo hará imposible movilizarse dentro de este recinto”, manifestó a los medios.

El diagnóstico



Hasta la fecha, los reclusos que tenían los peores comportamientos dentro de la cárcel eran aislados en un sector denominado “Chonchocorito”. Aquellos que merecían una sanción más dura eran enviados a los botes, espacios reducidos en el penal para un solo recluso.

“Era necesario crear un nuevo ambiente, entonces luego de ese diagnóstico se decidió crear el sistema progresivo”, señaló Llanos. La nueva construcción, de tres ambientes, tiene una capacidad para 300 personas, sin embargo, 100 se podrán rehabilitar desde la primera etapa.

El director de Régimen Disciplinario explicó que la primera etapa es de régimen cerrado, donde cada interno deberá permanecer solo en una celda, la cual tiene baño, catre y otros muebles.

os pabellones

En el primer pabellón hay 100 celdas. El lugar además tiene un patio pequeño, donde los reclusos saldrán en horas indicadas y por un lapso determinado.

El resto del tiempo los presos deberán permanecer encerrados con un tratamiento especializado de psicólogos y el personal penitenciario.

“Los internos deberán reflexionar sobre sus conductas y permanecerán en el primer ambiente el tiempo que sea necesario durante su condena”, manifestó Llanos.

Para que los privados de libertad sean trasladados del pabellón de régimen cerrado deberán pasar por un proceso de clasificación a través de un examen psicológico y de verificación de sus antecedentes dentro del penal.

En la segunda etapa los internos que lograron pasar una parte de su rehabilitación en el primer pabellón podrán ingresar a un ambiente semiabierto.

“Los reclusos viven entre tres y cuatro personas y deben tener un nivel de convivencia adecuado, tendrán un poco más de libertad en salir al patio y recibir visitas, por ejemplo”, explicó Llanos. Durante ese tiempo, la conducta de los reclusos será supervisada por especialistas.

La última fase

Si el interno presenta una recuperación positiva, se autoriza que sea trasladado al tercer pabellón, en el que vivirá en una celda amplia con otros seis a siete compañeros.

“El control será menor que en los dos anteriores, tendrán actividades diversas de convivencia, de trabajo y de distracción. Las visitas serán continuas y se podrán realizar y recibir llamadas”, dijo el director de Régimen Penitenciario.

Después de salir de la tercera etapa de rehabilitación, el recluso podrá regresar a la población de Palmasola para convivir con los otros internos.

“Lo que se quiere es disminuir el hacinamiento y generar nuevas y mejores conductas de los privados de libertad más conflictivos”, manifestó Llanos.

La construcción de los tres pabellones nuevos de rehabilitación costó 500 mil dólares, provenientes del Tesoro General de la Nación (TGN).

El modelo y el proyecto de la cárcel modelo de Palmasola fue enviado a las gobernaciones del resto del país, para que tomen las directrices y construyan en el futuro centros penitenciarios con rehabilitación.

Se perfila un reglamento interno


Dentro de los proyectos a corto plazo que pretende implementar la Dirección de Régimen Penitenciario, figura la puesta en marcha del reglamento interno en los penales de Bolivia y el manual de funciones del personal penitenciario.

“El reglamento fue aprobado el año 2007 y como ahora en la Constitución Política del Estado se establece los derechos y obligaciones de los privados de libertad, entonces es una luz verde para aprobar el reglamento interno”, dijo a Página Siete el director nacional de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos.

La normativa determinará horarios de visitas, de ingreso y salidas de las celdas, tareas del personal civil y penitenciario, los derechos y obligaciones de los internos, entre otros puntos.

Llanos manifestó que en las cárceles nunca se acató un reglamento interno, por lo que a principios del próximo año todos los recintos carcelarios del país tendrán su normativa interna.

Hubo intentos de elaborar un reglamento en la cárcel de San Pedro, “pero no se lo conoce, nunca se lo pudo encontrar. En Chonchocoro se hizo uno, pero quedó sin ejecución tras un motín que realizaron los internos”, manifestó Llanos.

Explicó que por el modo de vida y de convivencia de cada penal se debe elaborar un reglamento para cada uno de los sitios.

“El momento en que firmemos eso, tenemos que acatar el reglamento. El documento será socializado y tendrá el apoyo de Derechos Humanos y el Defensor del Pueblo. Será un gran momento para Bolivia”, dijo el director.

Agregó que además se pretende elaborar un manual de funciones para todo el personal penitenciario, civil y policial.

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