“Hay 103 reos y hay espacio para 600 presos en total, pero lamentablemente no hay las condiciones”, señaló el jefe de seguridad , Erick Revollo.
Según explicó, la zona donde está emplazada la cárcel aún no cuenta con agua potable, por lo cual deben acudir a una bomba de agua para preparar sus alimentos y para la higiene general de los reos y efectivos. “El agua es fétida y contaminada. Es desagradable”, expresó.
El sistema eléctrico falla constantemente, por lo que las luces y reflectores de los 12 puestos de control no funcionan adecuadamente, agregó el jefe policial.
“La alimentación es malísima. El prediario para los policías es de cuatro bolivianos mientras que el de los reos es de 6,60 bolivianos, no alcanza ”, denunció.
El director de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, atribuyó esta responsabilidad a las gobernaciones y a la Policía . “Es el 10% de los recursos del IDH que debe utilizarse”, dijo.
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