Tuesday, September 10, 2013

Caen presuntos secuestradores

Una banda de secuestradores de hijos de empresarios cruceños fue desbaratada por la Policía, informó ayer el ministro de Gobierno, Carlos Romero, a tiempo de mostrar ante la prensa a varios de los delincuentes.

“Los secuestros eran dirigidos contra algunas familias que fueron plenamente identificadas, sobre las cuales se ha hecho un trabajo de seguimiento, un trabajo de estudio de todo su entorno familiar, social, sus negocios, sus actividades”, explicó Romero en rueda de prensa.

Lucas Justiniano, Moisés Barba, José Chávez y Humberto Justiniano Barba son los cuatro cabecillas de la banda de secuestradores, todos ellos son bolivianos, aunque se persigue a otros cuatro colombianos sospechosos, que estarían fuera del país.

Romero mostró armas decomisadas a los delincuentes, también vehículos que utilizaban para secuestrar a los hijos de empresarios por los cuales pedían cuantiosas sumas de dinero como rescate.

El ministro de Gobierno dijo que la captura fue posible gracias a la utilización de GPS y de las cámaras de vigilancia instaladas en Santa Cruz, que establecieron que los plagiadores llevaban a sus víctimas a una hacienda a 4 kilómetros de la ciudad.

Romero explicó que el modus operandi fue similar. Se iniciaba cuando las víctimas se desplazaban en sus vehículos por una avenida de Santa Cruz, donde eran interceptadas por el grupo de plagiadores que deliberadamente provocaban colisiones entre automóviles, para evitar el escape de las personas.

El Ministro de Gobierno informó que después las víctimas eran trasladadas hacia la zona norte de la ciudad, donde existía un campamento que formaba parte del escenario de su cautiverio.

Por cada golpe que planificaban, los delincuentes exigían entre 400 mil y 500 mil dólares por el rescate.

En poder de los sospechosos se decomisaron más de 55 mil dólares, proyectiles de distintos calibres, tres armas 9 milímetros y una ametralladora con sus cargadores.

Según la fiscal Mirtha Mejía, a la banda se le atribuye el plagio del hijo de un reconocido político, así como el de dos acaudalados empresarios, a quienes los habrían amenazado con matarlos si denunciaban el hecho a la Policía.

Esta situación dificultó el trabajo de investigación porque los afectados se negaron a brindar información sobre sus agresores. Se conoció extraoficialmente que sus familiares en ciertos casos pagaron cuantiosas sumas de dinero. La Policía no descartó que detrás de los secuestradores se encuentren más personas comprometidas en estos delitos, pues se registraban fuertes movimientos económicos a favor de terceras personas.

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