En la cumbre de Trata y Tráfico de Personas realizada en Tarija, durante los días 5 y 6 de septiembre, se determinó un trabajo conjunto entre las autoridades de Bolivia y Argentina, para reforzar los controles en las fronteras.
El teniente Marcel Maraz, encargado de la oficina de Trata y Tráfico de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), indicó que el trabajo será más fluido entre las instituciones policiales de ambos países, lo que permitirá atrapar a delincuentes que se dedican a la trata y tráfico de personas.
“Este evento sin duda que deja lineamientos claros de coordinación sobretodo, inmediatamente se conozca alguna situación de denuncia, automáticamente se activaran los controles en ambos países—manifestó Maráz—no nos olvidemos que existe un alto flujo de bolivianos que pasan hacia la Argentina y creemos que están ahí los tratantes”.
Explicó que la información compartida será en torno a las personas desaparecidas, la misma que deberá ser publicada al momento de conocer la denuncia.
La gente del campo es la más vulnerable
Se determinó que una gran parte de las personas que se dedican a la trata, llevan personas del área rural con promesas laborales y excelentes remuneraciones, pero tras cruzar la frontera la situación cambia y se convierten en personas explotadas.
“Varios casos denunciados dan cuenta de personas que son del campo, en algunas ocasiones hasta los mismos familiares son quienes les llevan—dijo Maráz—las victimas están entre los 14 y 19 años, con mayor preferencia las mujeres”.
La coordinadora del programa conjunto contra la Trata y Tráfico, Daniela Zubieta Aguilar, expresó la necesidad de tener más control en las fronteras. Además de un sistema que permita el control de quienes salen y quienes entran.
Se estima que 1,2 millones de bolivianos viven en la Argentina, una parte de ellos son víctimas de trata y tráfico. Al momento no se cuenta con datos precisos, puesto que no todos denuncian los casos.
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