En los tres últimos casos reportados, los ladrones aparentemente no sustrajeron sumas significativas, pero otra vez dejaron mal parados los sistemas de seguridad electrónicos de las empresas afectadas, según fuentes oficiales.
En la calle Sucre, frente a la oficina de Impuestos Internos, los bandidos ingresaron, al parecer, la madrugada del lunes. Violentaron el candado de la imprenta gráfica Sol y se llevaron dos computadoras con sus respectivos CPU y Bs 5.300, a decir de una funcionaria del local de impresiones.
Los ladrones, lejos de conformarse con ese botín, perforaron una pared de adobe de la imprenta y accedieron a la casa de giros Edy Transfer, para sacar una pequeña caja fuerte con dinero no declarado por los afectados. Miguel Gonzales, jefe de la Felcc, indicó que robaron Bs 6.000.
La autoridad policial indicó que la casa de giros tenía un sistema de alarma de una firma privada que no funcionó o que fue inutilizado con facilidad por los bandidos.
Asimismo, en el residencial barrio Equipetrol, en la avenida San Martín, cerca del tercer anillo, ladrones allanaron la joyería Kuka Pradel (joyas de plata). El valor de la pérdida no fue divulgado por la dueña, que dio cuenta del hecho a la Policía.
En otro caso, se conoció que en un domicilio de la calle Tte. Parada, zona del Parque Urbano, delincuentes robaron artefactos y $us 17.000 en efectivo, aprovechando la ausencia de los dueños.
Estos hechos se sumaron al cuantioso robo en la joyería Carrasco, donde los maleantes desactivaron las alarmas y abrieron la caja fuerte con equipos especiales la madrugada del domingo.
Gonzales: “Sistemas de alarma no funcionan”
Miguel Gonzales, jefe de la Felcc, manifestó que, según lo visto en los tres robos ocurridos durante el feriado, los sistemas de seguridad electrónicos han fallado. Por lo tanto, pidió a los empresarios no confiarse en estos equipos o, de lo contrario, exigir a los proveedores el mejoramiento de sus servicios.
“En el caso de la joyería Carrasco, la empresa de seguridad recibe una alarma de movimiento. La empresa envía a un supervisor, que verifica los candados del área externa y se marcha sin cerciorarse de lo que pasaba dentro y sin comunicar al propietario o buscar a la Policía para que inspeccionaran el interior. Son tres casos, en corto tiempo, en los que el sistema de seguridad ha sido anulado. A todas las empresas les pido que no se confíen”, advirtió Gonzales.
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