Lo encontró en una agencia de empleos en Cochabamba, adonde llegó gracias a una mujer que le alertó que posiblemente el menor estaba en ese lugar en poder de un hombre que decía ser su tío.
El menor desapareció la tarde del 23 de mayo, en la zona de El Kenko, cuando iba camino a su escuela. Desde entonces sus familiares no volvieron a verlo. Debido a esto, su padre retornó de Chile, donde trabajaba, para iniciar la búsqueda de su hijo.
Una de las acciones que asumió el progenitor fue ir a un canal televisivo en La Paz para contar lo sucedido. En Cochabamba una mujer estaba viendo el programa e identificó al niño y se contactó con Víctor.
“Cuando le devolví la llamada me dijo que lo había visto hace un mes y medio, pero no me dio más datos”, contó. Con esa información, los padres del adolescente viajaron a Cochabamba.
“Nos alojamos donde unos amigos. No sabíamos cómo comunicarnos con esa señora y el martes 28 fuimos a los medios de comunicación y por suerte la misma señora me volvió a llamar”, relató ayer el progenitor.
Se concertó un encuentro en el cual la mujer vio las fotografías del menor y confirmó que era el chico perdido. “Dice que estaba sufrido y cansado”, comentó Álvarez.
La señora contó a Víctor que hace un mes y medio había solicitado a una agencia de empleos contratar a un trabajador para su local de venta de muebles. Ahí fue que el administrador le presentó al muchacho, quien se empleó por unos días en la mueblería.
Sin embargo, el adolescente no tenía la suficiente fuerza para cargar muebles, lo que llamó la atención de la propietaria.
Víctor Álvarez recordó que en el encuentro la mujer le informó que su esposo pidió prescindir de los servicios del muchacho porque podía ser menor de edad, pese a que la documentación que mostró el administrador de la agencia, que se presentó como tío del chico, revelaba que tenía más de 18 años.
“La señora me dijo que cuando le pidió a mi hijo que regrese a la agencia de empleos, él no quería volver”, contó el padre.
Con estos datos, el progenitor denunció el hecho a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Cochabamba. Un uniformado lo acompañó a la agencia.
“Entré con un aviso en la mano para preguntar como cualquier persona y ahí estaba mi hijo y ese hombre. Lo vi y le pregunté directamente si venía con el niño y él negó todo, dijo que no lo conocía ni sabía quién era”, contó.
Álvarez señaló que en ese momento su hijo se puso de pie y no podía hablar. “Estaba perdido, asustado. No quise decirle nada porque tampoco sabía cómo actuar. El Policía detuvo al hombre y a mi hijo lo llevaron a un albergue porque yo pedí que sea atendido por profesionales”, señaló.
El sujeto fue puesto a disposición del Ministerio Público y tras una audiencia de medidas cautelares fue trasladado a la cárcel de San Antonio.
Hasta ahora, el adolescente se encuentra en un albergue y sus padres no pudieron estar en contacto con él.
“Nos dijeron que necesita una rehabilitación y nosotros queremos verlo bien, recuperado. Yo no sé qué tipo de maltrato haya sufrido, no puedo conjeturar. Prefiero verlo después ya mucho mejor”, afirmó.
Álvarez manifestó que en Cochabamba pudo encontrar la ayuda de un policía y después de los jefes policiales que siguieron con el caso hasta la detención del presunto tratante.
En cambio, dijo, en La Paz no tuvo la misma suerte ya que los agentes le pedían que entregara indicios para luego realizar las pesquisas para hallar al menor.
El padre comentó además que antes de estar en Cochabamba su hijo habría trabajado en una distribuidora de gas en Patacamaya.
Buscan a un hombre en La Paz
Víctor Álvarez, el padre de Erwin, contó que tras realizar algunas averiguaciones en Cochabamba obtuvo la información de que antes de que su hijo sea trasladado a esa ciudad fue visto con un hombre en las zonas de Irpavi y Kupini de La Paz.
Según la descripción que obtuvo el progenitor, se trata de un hombre de tez morena y alto que fue visto con un adolescente (se presume que es Erwin) por esos sectores de la zona Sur de La Paz.
“Queremos encontrar a este hombre porque tal vez se trate de personas vinculadas con el que se encuentra en la cárcel de Cochabamba y operan en grupo”, manifestó el padre.
Prefiere no denunciar el hecho a la Policía.
“Yo ya no quiero decir nada a la FELCC porque cuando denuncié, hace tres meses, me pedían requerimiento tras requerimiento, indicios y más indicios y yo no podía hacer eso”, aseveró.
Jefes policiales coincidieron en diferentes contactos con los medios de comunicación que en el país hay grupos de personas que se dedican a reclutar a jóvenes para la explotación laboral en el exterior del país y no en el interior.
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